El guerrero no brilla, resiste
Mazinger Z ha sido muchas cosas: símbolo, ídolo, máquina invencible. Pero en esta pieza, EOX lo transforma en algo más profundo: una figura que ha sobrevivido. Aquí no hay perfección de fábrica ni brillo de vitrina. Lo que vemos es un robot herido, con la pintura desgastada, el cuerpo marcado, las extremidades rasgadas por el combate.
La figura, de la marca Bandai, ha sido intervenida manualmente: pintada con técnica libre, texturas trabajadas capa por capa, como si el acero ocultara historia. Las abrasiones no son errores; son decisiones. Cada mancha, cada línea, cada sombra en la superficie de Mazinger fue pensada para que hablara de desgaste, de lucha, de tiempo.
La base no es un accesorio comprado. Es un escenario construido a mano, fragmento por fragmento, como si fuera el terreno de su última batalla. Rocas rotas, vegetación mínima, tierra quemada. Todo colocado para que el peso de la figura se sienta real. Porque este Mazinger no está en pose heroica: está en resistencia.
EOX no solo pinta ni solo fotografía: narra. Cada toma está construida con intención visual. Luz lateral, encuadres bajos, textura marcada, atmósfera pesada. El resultado no es solo una buena foto: es un retrato de carácter. Mazinger Z, en esta serie, no es nostalgia; es símbolo de permanencia.
Este trabajo no busca mostrar al héroe intacto, sino al que sobrevive dañado pero en pie. Y en eso hay más verdad que en cualquier caja nueva.










